Cuando estuve en Colombia, unos
meses atrás tome esta foto. Estas frutas, que aparecen en la foto, los
campesinos las botan después de la cosechas, cuando hay superproducción. La superproducción
en las cosechas, ocasiona que el precio baje y no se compran ni se venden,
por lo tanto los granjeros las botan o no las recogen de los árboles o arbustos
que las producen.
Anteriormente me sentía mal y
protestaba al respecto, deseando que en Colombia se hiciese lo que se hace en
estos países donde todo se guarda, se enlata y no se desperdicia absolutamente
nada.
Pero ahora pienso
totalmente diferente y la verdad, prefiero ver lo que veo esta foto a
saber que las frutas que comemos están previamente tratadas y manipuladas
genéticamente, para que duren más tiempo, para que la planta, no genere más de
lo planeado, pero sin falta muchos de
estos frutos terminaran en latas, para ser conservadas por largos años.
De acuerdo a lo
que escribí ayer y la foto que muestro hoy, la verdad hoy me siento feliz ya que en mi país todavía se pueda devolver a la tierra para su abono, el fruto que no
consumimos en lugar de almacenarlo en latas con alta dosis de químicos, mañana
representados en enfermedades. Me siento feliz de saber que podemos
compartir los frutos que nos da la tierra con aquellos microorganismos, gusanos
y aves tan útiles en las cosechas, me siento feliz sabiendo que también dejamos
alimento a otros y a la misma tierra para que se abone y manan pueda producir nuevos
y naturales frutos.
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