El espíritu
de navidad ya anuncia con esplendor, la ansiada navidad, en este elegante y bien decorado hogar para la
tercera edad, de la ciudad donde vivo.
Miro por
doquier y veo grandes pasillo con cillas caminadoras a lado y lado de la pared que
llevan al gran salón de cómodos sillones amarillos donde reposan ancianitos a
la espera de la cantata que anuncia navidad. Blancas cabezas que contrastan con las negras
y elegantes ropas de aquel coro de hombres, que calculo será una década menor de los que los observan. Atentamente
alineados, esperan la señal del director de orquesta para empezar su presentación. Por primera vez siento que soy muy joven en
medio de aquellos, que esperan el concierto listo a comenzar.
A pesar de
que este sitio esta hermosamente decorado para navidad, siento en el ambiente
el cansancio y la soledad de muchas de las
personas que esperan; el anunciado concierto y la inadvertida muerte que prontamente
tocara sus blancos aposentos.
Con ansias
busco pequeñas figuritas bulliciosas corriendo por doquier,
a aquellos adolecentes diferentes a los que atienden las mesa diciendo
abuel@, las jóvenes rostros tal vez de aquellas nueras o yernos que
incrementaron una vez en número sus familias.
Aquellas hijas o hijos a los cuales ellos un día dieron vida; rieron y lloraron sus triunfos, prepararon
los humeantes pastelillos en una tarde de domingo y velaron sus sueños o sus
largas ausencias. Pero tristemente lo único
que encuentro son sus solitarias cabecitas blancas, cuerpecitos encorvados que
una vez fueron hermosamente erguidos y que hoy muestran sus cansados años de arrugados
rostros y ropas cuidadosamente llevadas.
Deseo con
anhelo equivocarme y en lugar de la soledad que presiento, imaginar que ellos viven plenos y felices en su mundo de
hoy, trato de imaginar que no extrañan a sus hijos o que muchos no los tienen y
que diferente a extrañar el bullicio de nietos o bisnietos, disfrutan las
tardes de quietud y soledad en aquellos elegantes salones del lugar. Imagino
que lo que presiento no es como lo presiento y por el contrario, ellos esperan con
ansias la siguiente navidad, adornada de
grandes festones rojos. Esperan este día sentados en primera fila, a aquellos hombres de elegantes sacos negros que
alegraran con sus cantos esta tarde, que anuncia navidad.
No comments:
Post a Comment
Note: only a member of this blog may post a comment.