Thursday, 31 December 2015

Echando a volar los sueños


Recuerdo cuando mis hijos eran pequeños,  solíamos ir a lo alto de una montañita, no muy grandes aquí en la ciudad donde vivo; recogiamos unas ramas de algodón, muy grandes en la época de otoño. Todo el trabajo consistía en recoger estos algodones abrirlos de sus capullo y echarlos a volar al viento. En los cuales cada uno de ellos representaba un sueño, por lo tanto había que echarlo a volar hacia el infinito, para que el universo los viera y se cumplieran nuestros sueños.
Recuerdo que disfrutamos mucho haciendo esto, sin afanes más bien con contemplación; observando el curso que tomaban cada uno de nuestro "sueños" con el viento. 
Este bello recuerdo que aún persiste en mi memoria, está muy ligado con lo que hoy celebramos: el inicio de una etapa, el echar a volar nuestros sueños, deseos y expectativas que cada uno de nosotros tenemos pero cada uno de ellos tan diferentes,  que solo el universo en su infinita sabiduría podría diferenciar nuestro pequeño algodoncito de sueños, esa pequeña  partícula de algodón; diferenciar todas y cada una de ellas, la una de la otra. Del como no se,, solo se que mi deseo cumplido está ahí,, tan cerquita,  como lo es mi único y exclusivo deseo. 

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